En esta entrada les voy a narrar lo que me pasó el Lunes 1 de junio cuando fui a ComiCastle por mi suscripción, llegó como siempre a la tienda y el panorama que encontré fue como ir el último día de rebajas en un centro comercial, la gran mayoría de los anaqueles vacíos, el ambiente se sentía raro y comencé a sospechar que algo raro estaba pasando al ver una manta a la entrada de la tienda que informaba de la mudanza y cambió de nombre de la tienda. ¿Qué? Fue lo que pensé, volví a salir de la tienda para comprobar que había leido bien, el guardía de seguridad me lanzó una mirada de "Sí, señor, usted leyó bien".
Las razones de porque la tienda se mudó y su cambio de nombre la pueden encontrar aquí: http://www.comicastle.com/foro/
Es bien sabido que todo cambio es bueno (la excepción a la regla es el fútbol) yo espero que el cambio genere una baja en los precios porque es un hecho que ahí no pierden y no conocen lo que es la crisis, jaja. Pero todo cambio remueve recuerdos y eso es lo que quiero compartir con ustedes hoy, más allá de si me gusta o no el cambio de logotipo, nombre e imagen, solo el tiempo dirá si David (el dueño de la tienda) tomó la decisión correcta.
Hasta no ver los anaqueles vacíos, así como las miradas de incredulidad de cada cliente que entraba y de las caras conocidas desde hace mucho tiempo tanto de empleados como clientes; no había dimensionado cuanto tiempo ha pasado desde mi primer visita a esa tienda, cuya ubicación era en la plaza TRICO pero en el segundo piso de la misma y el local era muy pequeño, uno hacía fila para entrar y no podía permanecer mucho tiempo.
Me tocó ver el cambio de (ahora antiguo) local, más grande, sin filas y te podías quedar ahí las horas viendo cuanto cómic (en ese entonces) no podía compar pero si leer. Bueno sigo sin poder comprar algunos y leyendo la mayoría, jaja. Ese lugar fue la sede de reencuentros con amigos como el buen Leonardo "maese creativo" Olea.
Así pasaron 16 años de ComiCastle y de que la colección de comics que tengo se haya incrementado potencialmente porque antes yo tenía que ir a la tienda de regalos del Hospital ABC así como algunos Sanborns que sin tocarse el corazón ni pensar en mi bolsillo (bueno el de mis padres) daban los cómics 3 veces más caros que su precio oficial. Me tocaron los buenos días en los que por 20 pesos te podías llevar varios cómics o alguna edición especial y también me tocaron los días en los que con eso no te alcanzaba para nada.
Volviendo al presente, recorrí las mesas que aún tenían cómics, fue por mi suscripción y poco a poco me fui enterando de las razones del cambio. El murmullo de los pocos presentes era el mismo, contándose anécdotas, historias, a quién habían dejado de ver y quién iba a ir para visitar el local (repito ahora antiguo) y donde se iba a poner el nuevo, tomé una de las postales con la nueva imagen y ubicación para no olvidarlo pero lo que más me llamó la atención fue ver a un papá (coleccionaste de cómics ¡sin duda!) que llevaba a su hijo a ver la tienda por última vez. Los ojos del niño eran de sorpresa y el papá trataba de alcanzarlo cada vez que corría y le explicaba toda duda que tenía. Mientras que su esposa e hija ponían cara de "¡Hombres, a ver a que hora acaban!".
El señor pagó la mercancía que llevaba y por último se dispuso a tomar fotos de la tienda y su familia para marcar ese evento que todos estábamos viviendo. Por supuesto que yo al pagar lo que llevaba decidí no quedarme atrás ni hacer menos este evento y tomé algunas fotos del local antes de que cerrara sus puertas y que pronto ilustrarán este post.
Para concluir, todo cambio te motiva a superarte, a dejar esa zona de comfort que tenías y espero que la tienda mantenga el buen servicio y atención que siempre ha manejado, dejaron 16 años de historias y seguramente se producirán más historias, así que el viejo local ha muerto, sólo puedo decir ComiCastle ha muerto! de ahora en adelante Larga vida a Fantástico!
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